La máquina del tiempo (4/52)
La máquina viene en una caja cuadrada. No es ni muy grande ni muy pequeña. Pesa lo mismo que una licuadora. Es muy importante leer primero el manual de uso. Manual de Uso y Cuidado de su máquina del tiempo. Su máquina del tiempo. La máquina no es mía, tampoco es de Manuel. Estaba allí desde antes de que nos conociéramos. No pagamos por ella, ni fue uno de nuestros regalos de boda. Cuando llegamos a esta casa, ya estaba allí.
“¿Ya la usaste?”, le pregunto a Manuel. “No”, me responde sin mirarme y sigue viendo su teléfono. No le interesa, y no importa.
Me he “metido” a la máquina un par de veces. Todavía encuentro su mecanismo demasiado confuso. Como no sé si la estoy usando bien, vuelvo a leer el manual una y otra vez, como si se tratara de un códice antiguo cuyo simbolismo excede mis conocimientos. Pero el lenguaje es llano, simple, aburrido, redactado para el más inútil de los usuarios.
“No opere la máquina dentro de una fuente de agua mientras esté conectada”, precedido de unas letras mayúsculas muy negras: “RIESGO DE CHOQUE ELÉCTRICO”. El tostador tiene la misma advertencia y me pregunto si hay alguien que opere un aparato exactamente de ese modo sin la firme intención de morir electrocutado.
“Este manual contiene información útil, por favor léalo antes de operar su máquina del tiempo”. Y es lo que hago.
“Agradecemos la compra de su máquina del tiempo. Porque su vida es cada vez más activa y con mayores preocupaciones, las máquinas del tiempo son fáciles de usar, ahorran espacio y le dan funcionalidad a la memoria del hogar. Para asegurar que la máquina funcione por muchos años sin problemas, hemos diseñado este Manual de Uso y Cuidado. Contiene información importante acerca de cómo operar y cuidar de su máquina del tiempo de manera correcta y segura. Por favor, léalo con cuidado”. Repito.
La primera máquina del tiempo se patentó en China en 2025. Los planos del primer modelo se conservaron en un expediente confidencial durante 15 años, hasta que el gobierno chino llegó a un acuerdo comercial con los fabricantes. Yan Tsai, neurobióloga de la Universidad de Pekín, y cuyos descubrimientos fueron determinantes para la finalización de dicho modelo, se opuso a la comercialización de las máquinas. “Es pronto para conocer a detalle las consecuencias que su uso podría tener en las personas”, escribió en las conclusiones de su último artículo publicado. Meses después, el gobierno chino la acusó de sedición, así como de perturbar el orden público. Yan Tsai pasó dos años en la prisión para mujeres de Beijing.
Continuará…